20 de octubre de 2012

El último aliento del galgo

Quizás como una excusa, como una explicación o consuelo, necesito tener la falsa esperanza, la improbable sospecha o el infantil deseo de que los galgos que son colgados y ahorcados en España por estas fechas, en su último respiro, en su último aliento, se distraigan de su sufrimiento al entrar a la muerte, viendo volar una mariposa. Definitivamente necesitaba esta imagen. Gracias a quien la haya hecho (Leonardo Anselmi). Dibujo: Chema Lera (ilustrador infantil y cuentista).

El Galgo Español es una raza muy popular en algunas zonas de España debido a su uso en la caza de la liebre. Desgraciadamente, algunos propietarios de estos perros pagan sus años de servicio, lealtad y amor con el abandono e incluso el ahorcamiento, por una horrible tradición que, a las puertas del siglo XXI, todavía no se ha erradicado de algunos lugares de España.

El greyhound se importa principalmente de Irlanda, donde su cría no solo es muy popular sino que incluso está subvencionada con fondos europeos. El greyhound irlandés se utiliza para la competición en canódromos debido a su desarrollada musculatura. En España actualmente sólo existe un canódromo oficial, (en Barcelona) dado que los canódromos de otras provincias españolas han ido cerrando en los últimos años. El uso comercial del greyhound, junto con una legislación poco rigurosa, hace que sea preciso mejorar las condiciones de bienestar de los galgos de carreras y promover programas de adopción de galgos y greyhounds como animales de compañía, para ofrecerles la oportunidad de un retiro digno una vez finalizada su actividad como corredores o cazadores.

Los galgos de carreras son generalmente importados de Irlanda y raramente se crían en España, aunque algunos greyhounds retirados se utilizan como criadores en cruces con galgos españoles que serán utilizados posteriormente en la caza. Los galgos españoles que se usan para la caza de la liebre en zonas de Castilla, Extremadura y Andalucía son criados sin ningún control ni programas de adopción.

En España, los galgos de caza que dejan de ser útiles, no sólo se sacrifican, sino que el sacrificio se hace siguiendo una tradición que se remonta a la edad media. Los cazadores matan a los galgos de las formas más crueles. Estos perros son ahorcados o se atan a un árbol donde mueren lentamente por asfixia o de hambre y sed. Se les echa vivos a un pozo, dejando que mueran lentamente de hambre y sed; se les quema vivos o se les inyecta lejía. Algunos los matan de un tiro, pero son los menos, porque según estos galgueros, "el perro no vale una bala". Otros los abandonan a su suerte, pero la crueldad se hace aún más evidente cuando los cuelgan de un árbol, de manera tal que apenas puedan sostenerse de sus patas traseras. De este modo, el animal intenta apoyarse como puede para no morir, alargando el sufrimiento, hasta que finalmente el cansancio lo vence y muere ahorcado. A esto se le llama cínicamente “tocar el piano”.

Dado que antiguamente el galgo era una raza distintiva de la aristocracia, ésta demostraba su poder a los campesinos colgando a sus perros de un árbol como amenaza hacia ellos.
Las denuncias internacionales sobre esta situación han hecho que no aparezcan tantos perros ahorcados en los pinares de estas zonas, pero se ha incrementado el número de abandonos. Afortunadamente, gracias a las denuncias y a la difusión en las redes sociales, muchos jóvenes españoles están trabajando a conciencia para salvar la vida de estos animales. Tal vez, algún día no sea necesario tener que difundir este tipo de notas para que estos nobles animales dejen de sufrir.